Hoxe cúmprense 35 anos do golpe militar na Arxentina. Quero aproveitar isto para terminar unha entrada que quedou inconclusa fai un ano: "Os ulloáns desaparecidos na ditadura Arxentina: o caso de Manuel Gómez Aguirre".
Naquela entrada dixen que si Lois Pérez Leira me achegaba mais datos sobre Manuel Aguirre eu reescribira a entrada que lle adiquei. Lois cumpriu a súa parte e achegoume case tres folios con información dos que transcribo extractos literais.
"Nació el 7 de agosto de 1924 en Monterroso (Lugo). Era hijo de Francisco Gómez Martínez e Isidra Lorenza Aguirre. Fue agricultor y después trabajó como policía en las minas de carbón en Asturias.[...]
Manuel no quería emigrar a la Argentina. Tenía una novia y un trabajo pero no tuvo otra opción. Así que en 14 de diciembre de 1952, a bordo del “Entre Ríos”, salió del puerto de Vigo llegando a Buenos Aires el 30 de diciembre de 1952. Se fue a vivir al Barrio Palermo, en la calle French, 3552 donde residía su familia.
En la capital Argentina trabajó en la cervecería “Buenos Aires” y en las horas libres en una fábrica de chocolate. También trabajó en una empresa de calzados.
Durante el segundo gobierno del General Juan Domingo Perón, Manolo comienza a noviar con su paisana María Concepción García López oriunda de As Nogais (Becerrea)[...]
El 17 de marzo de 1956, Manolo y Maria Concepción se casaron en la iglesia de San Agustín, en Palermo y se fueron a vivir al municipio de Morón, en la zona oeste del Gran Buenos Aires. El 4 de julio de 1961, nació su único hijo Manuel Adolfo (Manolito).
En los años 60 empezó a trabajar como metalúrgico en una de las fabricas más grande de la Argentina “La Cantábrica”.[...]
Sus compañeros de la fabrica lo propusieron como delegado por su carácter recto y buen trabajador, pero el desistió del ofrecimiento, agradeciendo el gesto de cariño de sus compañeros. Manolo siguió con su trabajo de guinchero, sacando las barras de hierro del horno y defendiendo sus ideas y aquello que juzgaba correcto.[...]
Con el golpe de estado de 24 de marzo de 1976 se desata una furiosa represión contra todos los militantes políticos y sindicales. Los militares tenían preparadas listas de sindicalistas de las grandes empresas, para ser secuestrados y asesinados. Es así como en aquellas listas estaba el nombre de Gómez Aguirre.
A las 12 de la noche del 14 de mayo de 1977, un grupo de tareas rodeo su casa de Villa Tessi.
“Eran cinco o seis hombres que se llamaban, entre ellos, “perros”. Saltaron la reja y golpearon la puerta de la casa con tanta fuerza que ahí quedó, por muchos años la marca en la madera dañada. Exigieron a gritos que les abriera la puerta. Se anunciaron como Coordinación Federal. Nos relata su mujer Maria Concepción”.
La familia ya estaba acostada y quien se levantó fue Maria Concepción, a quien le llamaban cariñosamente “Conce”. Gritaban para que abriesen la puerta, amenazando que dispararían. Cuando al final entraron, pusieron a la madre y el hijo debajo de la mesa de la cocina.
La madre de Manolo, Doña Isidra era una anciana de 80 años, al entrar el Grupo de Tareas intentaron sacarla de la cama, desistiendo de la idea por los gritos de su nuera, que les rogaba que la dejaran tranquila.
Con un arma apuntaban hacia la cabeza, de “Conce”. Ella les mostró la casa. Revisaron todo, rompiendo cajones, tirando las cosas al piso, buscando algo que no encontraron. Después se lo llevaron a Manolo diciendo que volvería al otro día. María les preguntaba por que lo llevaban y le contestaban que era para hacer una averiguación.
En frente de la casa estaban 3 ó 4 coches esperando para llevárselo. En los recuerdos del hijo, entonces con 15 años, el padre le dijo “chau” y se fue llorando. “Conce” se acuerda como si fuera hoy que se lo llevaron en el con el coche del medio.
Para Maria Concepción, siempre le quedo la idea, de que se lo llevaron a la Base Aérea del Palomar, que era muy cerca de su casa. Nadie lo vio, pero Doña “Conce” como le decían los familiares y amigos, siempre iba a la policía de Villa Tesei para preguntar por donde estaba su marido. Uno de los policías le dijo: “Señora, a nosotros nos llevan como a ustedes. Insista en Palomar.”.[...]
Doña “Conce” comenzó a desarrollar una intensa búsqueda de su marido, fue a la Comisaría de Policía del barrio, a Coordinación Federal, Campo de Mayo (base Militar), Base Aérea de Morón, hasta se dirigió al Ministerio del Interior. Nunca encontró respuesta.
En su desesperación, lejos de saber que se estaba cometiendo un autentico genocidio, contrato a un abogado y comenzó a distribuir fotos de su marido con el fin de encontrar su paradero.
La desesperación la llevo hasta el Consulado español donde denuncio el secuestro, intentando que su pedido fuera trasmitido a los monarcas españoles, que por aquellos días visitaban la Argentina.
Para la familia fueron momentos muy duros. Al poco tiempo se quedaron sin los ahorros que tenían. Doña “Conce” se dedicaba día y noche a la búsqueda de su marido y las penurias económicas comenzaron a hacer sentir en el hogar. Hasta aquel momento el salario de Manolo era el único sustento económico de la familia.
Maria Concepción comprendió que otras mujeres estaban pasando los mismos dramas y se integró a la Asociación de Familiares de desaparecidos y detenidos por acciones políticas, participando de reuniones y compartiendo dolores e incertidumbres.
La nuera de Doña “ Conce” Hermete Simón nos relata: “Hablar sobre todo esto le reavivo un dolor que los años encubrieron, pero no apagaron. Todo, absolutamente todo hizo para encontrarlo. Todo dinero se fue, y fueron tantos días y tantas noches sin dormir, de desesperación... y hasta que pudo reempezar a vivir, fueron largos años. Es un dolor que sigue siempre vivo y la espera es interminable. El hijo, hoy hombre, ya no sueña que el padre vuelve. La madre y esposa ya olvidó los días que casi no tenían que comer y de las horas que caminaba sin rumbo hasta agotarse, de las noches de luz prendida porque el miedo y los hombres rondaban el barrio y su casa. Pero la injusticia, de tener el marido y padre arrancado de su casa, sin ninguna culpa o crimen, eso, nada ni nadie hará olvidar. Puede haber en la historia de la humanidad, gente tan cruel, decidir sobre el destino de los demás y en muchos casos, seguir impunes”.
Naquela entrada dixen que si Lois Pérez Leira me achegaba mais datos sobre Manuel Aguirre eu reescribira a entrada que lle adiquei. Lois cumpriu a súa parte e achegoume case tres folios con información dos que transcribo extractos literais.
"Nació el 7 de agosto de 1924 en Monterroso (Lugo). Era hijo de Francisco Gómez Martínez e Isidra Lorenza Aguirre. Fue agricultor y después trabajó como policía en las minas de carbón en Asturias.[...]
Manuel no quería emigrar a la Argentina. Tenía una novia y un trabajo pero no tuvo otra opción. Así que en 14 de diciembre de 1952, a bordo del “Entre Ríos”, salió del puerto de Vigo llegando a Buenos Aires el 30 de diciembre de 1952. Se fue a vivir al Barrio Palermo, en la calle French, 3552 donde residía su familia.
En la capital Argentina trabajó en la cervecería “Buenos Aires” y en las horas libres en una fábrica de chocolate. También trabajó en una empresa de calzados.
Durante el segundo gobierno del General Juan Domingo Perón, Manolo comienza a noviar con su paisana María Concepción García López oriunda de As Nogais (Becerrea)[...]
El 17 de marzo de 1956, Manolo y Maria Concepción se casaron en la iglesia de San Agustín, en Palermo y se fueron a vivir al municipio de Morón, en la zona oeste del Gran Buenos Aires. El 4 de julio de 1961, nació su único hijo Manuel Adolfo (Manolito).
En los años 60 empezó a trabajar como metalúrgico en una de las fabricas más grande de la Argentina “La Cantábrica”.[...]
Sus compañeros de la fabrica lo propusieron como delegado por su carácter recto y buen trabajador, pero el desistió del ofrecimiento, agradeciendo el gesto de cariño de sus compañeros. Manolo siguió con su trabajo de guinchero, sacando las barras de hierro del horno y defendiendo sus ideas y aquello que juzgaba correcto.[...]
Con el golpe de estado de 24 de marzo de 1976 se desata una furiosa represión contra todos los militantes políticos y sindicales. Los militares tenían preparadas listas de sindicalistas de las grandes empresas, para ser secuestrados y asesinados. Es así como en aquellas listas estaba el nombre de Gómez Aguirre.
A las 12 de la noche del 14 de mayo de 1977, un grupo de tareas rodeo su casa de Villa Tessi.
“Eran cinco o seis hombres que se llamaban, entre ellos, “perros”. Saltaron la reja y golpearon la puerta de la casa con tanta fuerza que ahí quedó, por muchos años la marca en la madera dañada. Exigieron a gritos que les abriera la puerta. Se anunciaron como Coordinación Federal. Nos relata su mujer Maria Concepción”.
La familia ya estaba acostada y quien se levantó fue Maria Concepción, a quien le llamaban cariñosamente “Conce”. Gritaban para que abriesen la puerta, amenazando que dispararían. Cuando al final entraron, pusieron a la madre y el hijo debajo de la mesa de la cocina.
La madre de Manolo, Doña Isidra era una anciana de 80 años, al entrar el Grupo de Tareas intentaron sacarla de la cama, desistiendo de la idea por los gritos de su nuera, que les rogaba que la dejaran tranquila.
Con un arma apuntaban hacia la cabeza, de “Conce”. Ella les mostró la casa. Revisaron todo, rompiendo cajones, tirando las cosas al piso, buscando algo que no encontraron. Después se lo llevaron a Manolo diciendo que volvería al otro día. María les preguntaba por que lo llevaban y le contestaban que era para hacer una averiguación.
En frente de la casa estaban 3 ó 4 coches esperando para llevárselo. En los recuerdos del hijo, entonces con 15 años, el padre le dijo “chau” y se fue llorando. “Conce” se acuerda como si fuera hoy que se lo llevaron en el con el coche del medio.
Para Maria Concepción, siempre le quedo la idea, de que se lo llevaron a la Base Aérea del Palomar, que era muy cerca de su casa. Nadie lo vio, pero Doña “Conce” como le decían los familiares y amigos, siempre iba a la policía de Villa Tesei para preguntar por donde estaba su marido. Uno de los policías le dijo: “Señora, a nosotros nos llevan como a ustedes. Insista en Palomar.”.[...]
Doña “Conce” comenzó a desarrollar una intensa búsqueda de su marido, fue a la Comisaría de Policía del barrio, a Coordinación Federal, Campo de Mayo (base Militar), Base Aérea de Morón, hasta se dirigió al Ministerio del Interior. Nunca encontró respuesta.
En su desesperación, lejos de saber que se estaba cometiendo un autentico genocidio, contrato a un abogado y comenzó a distribuir fotos de su marido con el fin de encontrar su paradero.
La desesperación la llevo hasta el Consulado español donde denuncio el secuestro, intentando que su pedido fuera trasmitido a los monarcas españoles, que por aquellos días visitaban la Argentina.
Para la familia fueron momentos muy duros. Al poco tiempo se quedaron sin los ahorros que tenían. Doña “Conce” se dedicaba día y noche a la búsqueda de su marido y las penurias económicas comenzaron a hacer sentir en el hogar. Hasta aquel momento el salario de Manolo era el único sustento económico de la familia.
Maria Concepción comprendió que otras mujeres estaban pasando los mismos dramas y se integró a la Asociación de Familiares de desaparecidos y detenidos por acciones políticas, participando de reuniones y compartiendo dolores e incertidumbres.
La nuera de Doña “ Conce” Hermete Simón nos relata: “Hablar sobre todo esto le reavivo un dolor que los años encubrieron, pero no apagaron. Todo, absolutamente todo hizo para encontrarlo. Todo dinero se fue, y fueron tantos días y tantas noches sin dormir, de desesperación... y hasta que pudo reempezar a vivir, fueron largos años. Es un dolor que sigue siempre vivo y la espera es interminable. El hijo, hoy hombre, ya no sueña que el padre vuelve. La madre y esposa ya olvidó los días que casi no tenían que comer y de las horas que caminaba sin rumbo hasta agotarse, de las noches de luz prendida porque el miedo y los hombres rondaban el barrio y su casa. Pero la injusticia, de tener el marido y padre arrancado de su casa, sin ninguna culpa o crimen, eso, nada ni nadie hará olvidar. Puede haber en la historia de la humanidad, gente tan cruel, decidir sobre el destino de los demás y en muchos casos, seguir impunes”.
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